Desafío para diseñadores de interiores: ¡quiero un salón sin tele!

Dentro de un tiempo, y cuando los niños sean un poquito más mayores, me he planteado redecorar mi salón. Empezaré por la pintura, cambio de sofá, vender el acuario esquinero vacío, poner una chimenea...

Busco y rebusco en catálogos de muebles; muebles caros y asequibles; firmas españolas y extranjeras... busco en Internet y tiendas de liquidación de carretera.

Es imposible. Todos los salones están diseñados para acoger en su seno a una protagonista indiscutible: la televisión. Muy bien, esto hace dos años me parecía lo normal y jamás me cuestioné otra cosa. Ahora es diferente: Ya no tengo tele. Quiero montar un salón donde los protagonistas seamos los humanos, mi familia, mis amistades. Crear un espacio de intercambio, de conexión humana, de relación. Dónde sea cómodo hablar y debatir entre nosotros y busquemos este lugar para leer, escuchar música... acercarnos entre nosotros: humano con humano, mascota con humano, mascota con mascota.

Todos los catálogos que ojeo tienen los sofás orientados hacia la tele. El mueble que acoje la tele también está diseñado para hacer más bonito el entorno de la tele. Si no hay tele ¿ya no tiene sentido este mueble? ¿Lleno la pared con cuadros? ¿plantas? ¿aparadores llenos de la vajilla de la abuela?


Incluso cuando te entregan tu nueva y reluciente casa, vacía e impoluta, encontramos en el salón y en la habitación principal los enchufes para la tele y la antena, indicando claramente la orientación que debería tener nuestro salón...

Yo tengo mi propia idea: orientar los sofás enfrentados unos a otros, o en círculo, o hacia la chimenea que un día construiremos. Grandes alfombras. Cojines por todas partes.

Por favor, si tenéis más ideas sobre cómo llevar a cabo este pequeño proyecto os agradecería que me lo comunicaseis. ;)

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